Desde la Acera

viernes, septiembre 22, 2006

PRIMERA PROMESA,
PRIMER JALÓN DE OREJAS

  • Calderón empieza a dar la cara

  • La delincuencia organizada amenaza al estado, dice

  • Hace llamado de atención a Marcelo Ebrard


  • Por César E. Pérez

    Desde que Felipe Calderón recibió su constancia de mayoría, que lo acredita como ganador de las elecciones federales y por lo tanto presidente electo, no había vuelto a decir esta boca es mía.

    En ese sentido, sólo César Nava y Juan Camilo Mouriño, a veces Germán Martínez, enfrentaban la andanada de preguntas que los medios de comunicación han soltado ante los hechos que suceden en el país, y en las que presumiblemente el futuro mandatario debería tener una opinión.

    Como muestra está el caso Oaxaca, donde los profesores de la sección 22 del snte con su huelga han desquiciado completamente la capital del estado, donde son incuantificables las pérdidas económicas pero son aún mayores las educativas. La exigencia es que renuncie el gobernador Ulises Ruiz, con ello se levantará el paro y se reanudarán las clases, cinco días después.

    En este punto, la intervención del gobierno federal (léase Vicente Fox) ha brillado por su indiferencia, Carlos Abascal como secretario de gobernación ha simulado acercamientos, lo que hace pensar que la solución está muy lejos de llegar.

    La ausencia de acción en ese aspecto ha logrado desperezar el equipo de transición calderonista, Mouriño ha pedido a Fox que sea la actual administración la que solucione ese conflicto y no se deje como pendiente para el próximo régimen, lo que se viene a constituir en una nueva edición del "y yo por qué..."

    Pero, la exacerbada violencia que vive el país también ha avivado al próximo ocupante de Los Pinos, y en una reunión con la Organización México Unido apareció de nuevo empezando a tomar la estatura que debe tener.

    En dicha reunión, como primera promesa de futuro primer mandatario, dijo que la "seguridad pública es ya un asunto de seguridad nacional (...), la inseguridad y la delincuencia organizada amenaza ya al Estado mexicano mismo. (...) Por eso, con todos los riesgos y con todos los costos que pueda implicar un compromiso sepan ustedes que sé que el gobierno debe actuar con mano firme y sin titubeos para recuperar los espacios públicos que durante años han secuestrado los delincuentes”. Esto es, se castigará como castiga dios: sin cuarta ni vara.

    Y, ya encarrerado, en otra oportunidad también tuvo el valor para hablar de Marcelo Ebrard, próximo jefe de gobierno del D.F., señalando que a querer o no tendrán que trabajar juntos para perseguir fines comunes en beneficio de la capital del país.

    Entonces, una vez que recibió los libros blancos que contienen el estado que guarda la administración pública de manos de Vicente Fox, ya empieza Felipe Calderón a asomar las narices, al parecer con la intención de tomar impulso para llegar bien aceitado a la primera magistratura después de le transición.

    Es casi seguro que empiece a presentarse más en público, opinando sobre la vida nacional, tendiendo puentes entre quienes habrán de manejar los destinos de la nación, así como dando atisbos de quienes serán las personas que conformen su gabinete.

    Ya ha prometido combatir inseguridad y delincuencia, ya dio su primer llamado de atención, ahora sólo falta que se pronuncie sobre otros temas de suma importancia, como es la generación de empleos, la educación, el cuidado ambiental, etcétera.

    Esperemos que debido a su formación doctrinaria él sí ataque los problemas de fondo y no se quede, como Fox, sólo en una muy mala administración gerencial.

    martes, septiembre 19, 2006

    LOS TEMORES

  • Sigue el conflicto postelectoral

  • La parada militar, muestra de fuerza interna

  • AMLO también presidente

  • Calderón sigue sin aparecer



  • Por César E. Pérez
    "Entonces sucedió, el contrincante que se suponía más poderoso y firme en sus decisiones flaqueo, cuando su voluntad era estar en el corazón, tuvo que volver a los inicios, al lugar donde se sentía más protegido, a la cuna..." César E. Pérez

    Esta vez en la lucha que sostienen Vicente Fox y Andrés Manuel López Obrador por la notoriedad arrojó resultados inesperados, el equipo vencedor está formado por dos figuras, una que no llegó y otro que ya se va; el perdedor también tiene dos, uno que ya se va y otro que no se sabe cómo llegará, pero que tiene que llegar.

    Los festejos por la conmemoración del inicio de la guerra independentista se convirtió en una extensión de las elecciones, la afirmación que hacía el presidente sobre dar el Grito en el corazón de la patria y no en la cuna se fue por el caño, en una actitud que trataron de disfrazar como prudente realmente mostró el tamaño del miedo que el ejecutivo federal siente hacía el final de su mandato.

    El temor mostrado fue ampliamente remarcado al día siguiente, el 16 de septiembre, el ejército nacional fue embarcado en el conflicto postelectoral, al verse obligado a mostrar lo mejor de su armamento, lo más pesado y novedoso (como un ampliamente reportado fusil de asalto de nueva manufactura) en el tradicional desfile de independencia.

    La muestra de armamento dejo claro que la milicia está preparada para un conflicto interno, para intervenir en caso de que el ambiente social se desestabilice (lo que no sucede en Oaxaca, aunque se demande una intervención más decidida).

    A querer o no, el temor a que las fuerzas armadas puedan intervenir en un momento en que no se ha llegado a la violencia, hace que la confianza en las instituciones se desmorone, en una población inmersa en la incredulidad.

    El que se haya desarrollado la parada militar sin problemas y con la presencia del presidente no aflojó la tensión, debido a la obcecación del ex candidato de la coalición por el bien de todos de creerse primer mandatario de la nación, al aceptar el nombramiento en una aparente reunión democrática, que estaba más preparada que un coctel envasado de fábrica, señalando que asumirá el cargo el 20 de noviembre.

    La convención no fue sino una tomadura de pelo, en el que el calificativo era lo de menos, lo importante era hacerse del liderazgo de un grupo que cree firmemente en que con AMLO habrían de alcanzar mejores oportunidades de desarrollo.

    Nada garantiza al país que durante el mandato de Felipe Calderón mejorará la situación económica y de seguridad en la nación, pero también nada garantizaba que López Obrador sería la panacea de nuestros males.

    La pelota sigue en juego, el ejército está alerta, AMLO sigue en su batalla personal con Fox, los congresistas del prd empiezan a negociar con sus pares de oposición mientras amenazan con boicotear los actos de Calderón y este último sigue escondido, ¿cuándo aparecerá?