Desde la Acera

jueves, agosto 24, 2006

¿DOS PRESIDENTES, DOS MÉXICOS?

por César E. Pérez

"Lo que será, será...."

La cultura de la desconfianza está tan arraigada en nuestro país, que cuando las cosas se mencionan a medias se sospecha (de forma fundada), pero cuando todo parece muy transparente y tranquilo, la inseguridad se incrementa a niveles de verdadera tortura.

Desde las elecciones del pasado 2 de julio se han desatado toda clase de demonios y monstruitos, amenazas que crispan los nervios y azotan nuestra, ya de por sí escasa, calma.

Que si es ilegal protestar, que si el bloqueo es anticonstitucional, que si las comisiones de derechos humanos tienen ingerencia, que si el presidente de la República se va de la boca (para variar), que si el vocero en lugar de secarla la riega más, que si Oaxaca, que si Chiapas, que el Financial Times, y un largo etcétera.

Actualmente Felipe Calderón ya actúa (aunque agazapado) como presidente electo, amenaza con reconocer a quien resulte ganador en Chiapas; López Obrador amenaza con declararse presidente en una Convención Democrática Nacional el 16 de septiembre.

Entonces, ¿tendremos dos presidentes y dos Méxicos?

Vaya, ni los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) se han manifestado, al parecer pretenden utilizar hasta el último minuto del plazo legal que tiene para dar su veredicto, por si le faltara leña al fuego.

Ya de por si tenemos un alto nivel de sospechosismo.

lunes, agosto 21, 2006

¿QUIÉN GANA, QUIÉN PIERDE?

Por César E. Pérez

Los comicios llevados a acabo el pasado 2 de julio, hace ya casi 50 días, nos han arrojado enseñanzas que debemos tomar muy en cuenta, más a la brava que por convencimiento.

Pese a que el Insituto Federal Electotal (IFE) es una institución que podríamos calificar de "joven", ya muestra signos de agotamiento, pero no debido a sus estatutos sino a la gente que le ha tocado dirigirlo.

Los consejeros, empezando por Luis Carlos Ugalde (presidente), se han desenvuelto de un manera casi omnipotente, creando vacío e incertidumbre en unas elecciones que se han significado por ser las primeras en un ambiente aparentemente "democrático" y por arrojar resultados muy cerrados entre los primeros lugares de la contienda (PAN y PRD) y dejar en un lejano tercer lugar al otrora poderos PRI.

Las actitudes de los consejeros del IFE levantaron el sospechosismo (como diría Santiago Creel), pero no sólo fueron ellos, también el presidente Vicente Fox contribuyó de manera notable y decidida, aún desde antes de que iniciara formalmente el proceso electoral.

Ambas posiciones provocaron la presencia de la acción radical, de la protesta masiva, de las alusiones personales, de los comparativos aberrantes y de la continuidad de los videoescándalos. Así, Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador no tuvieron empacho en declararse presidentes electos, de dedicarse mutuas descalificaciones y arrojarse al enfrentamiento directo.

El resultado de las querellas pos-electorales ha sido la casi desaparición de Calderón de la escena pública, así como de sus tibios y nada confortantes discursos, más aún, han sido sus colaboradores los que han sacado la cara ante las acciones que ha emprendido López Obrador.

Por su parte, Andrés Manuel ha logrado sacar de quicio a la ciudad y sus habitantes, no quiere ver que está arrastrando a sus partido a la ignominia y la total desaprobación de las mayorías, en su afán de erigirse en una suerte de "mártir electoral" ha logrado la pérdida de gran parte de su base ciudadana y quedarse sólo con su sector duro.

A poco tiempo de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) de su fallo sobre las elecciones, cuya fecha límite es el 6 de septiembre, la estrategia (si lo es) del ocultamiento de Felipe Calderón (Fecal, dicen los perredistas) está resultando más efectiva que la de la protesta a tontas y locas de López Obrador (o MALO, según manejó el war room panista).

El recuento de casi 12 mil casillas ordenado por el TEPJF, tras las impugnaciones hechas contra la elección, puso los pelos de punta a los amarillo y los azules, el probable resultado los tiene al borde del colapso, el final de esta novela se ve de auténtico infarto.

Dicen que el que ríe al último ríe mejor, y pese a que fueron vapuleados en los días previos a los comicios y durante la elección, hay un personaje y una institución que están riendo a carcahada batiente, pues realmente ellos fueron los ganadores y sus nombres ni hace falta mencionarlos.