Desde la Acera

lunes, octubre 02, 2006

MÉXICO, MAGIA Y ENCUENTRO

Por César E. Pérez

¿A dónde nos llevan la indecisión, los intereses propios, la ignorancia, el miedo, las concertacesiones, las presiones, los arreglos en lo oscurito, las simulaciones, las contradicciones y el no querer pagar costos políticos?

No cabe duda que la política nuestra de cada día, en este nuestro país cada día más extraño, la vida nacional ha pasado por las etapas más bizarras que analista y/o historiador alguno se haya atrevido a prever o imaginar, los sucesos que día con día se desarrollan en nuestra nación me hacen recordar al aburrido y viejísimo programa de “Siempre en Domingo”, que condujera un tal Raúl Velasco.

¿Cómo se relaciona la vida política nacional con el programa dominguero?, la pregunta sería más para salir del paso que para recibir una respuesta satisfactoria, pues la relación no se antoja cercana. Bueno, la relación viene a raíz de una sección en la que se visitaba los estados de la república y otros países del Continente Americano y cuyo título definía a la perfección el alcance de lo que se podía hacer en nuestro país: México, Magia y Encuentro.

La Magia se da por medio de artificios que no son propios de la plebe, que son manejados por iniciados en las artes de la simulación, el verbo y la política, de aquellos que son capaces ignorar el desastre total y transformarlo en sus palabras en un paraíso llenó de las mejores posibilidades.

El Encuentro viene después de el terreno de lo imposible ha sido derrotado, donde bandos en antaño irreconciliables se unen para atacar el villano favorito, donde el delito flagrante se convierte con el apoyo de los otros en chascarrillo y la agresión a las mayorías se torna en democracia plena.

México solamente es México, está ahí, simplemente ahí, por lo que no es raro que cuando el balance que dan la Magia y el Encuentro se ve amenazado, la unión empieza a hacer los estragos que le son propios de una tempestad que no afecta a los iniciados.

Así, no nos puede extrañar que en el caso de Oaxaca los actores políticos no hayan participado de manera decisiva, al puro estilo del "¿y yo por qué?", y se hayan dedicado a simular, a presionar, a concertacesionar, a negociar a oscuras, a contradecirse, a no enfrentar los costos políticos.

¿Quién podría creerle ahora a Carlos Abascal, secretario de gobernación, que no se contempla la represión si hay una presencia extraordinaria de las fuerzas armadas en la zona del conflicto?, ¿quién le puede creer a Vicente Fox, presidente saliente, que todo se arreglará por medio de la negociación?, ¿quién le puede creer al pri que ha cambiado su forma de hacer política si defiende a un gobernador, Ulises Ruiz, que es indefendible?, ¿quién le puede creer al pan si defiende al mismo gobernador, se alía al pri y convierte al congreso de la unión en una zona de guerra, ignorando la violencia existente?, ¿quién le puede creer al prd que defenderá a los pobres, como a los de Oaxaca, si sus propios diputados y senadores no se pueden defender a si mismos?, ¿quién puede creerle a Felipe Calderón, presidente entrante, que será un funcionario confiable si demandó que el conflicto oaxaqueño fuera resuelto y no se le dejara como herencia?

México, Magia y Encuentro, sección bajo la conducción de Raúl Velasco, donde presenta a todos aquellos que pueden ver más allá que los simples ciudadanos, donde aparecen aquellos que interpretan la realidad conforme sus minoritarios intereses, aquellos que con capaces de franquear los muros de la diferencia por conseguir sus metas comunes, aquellos que siguen dando atole con el dedo.

Se me hace que prefiero a Raúl Velasco.

A la pregunta inicial, su respuesta es muy fácil: a Oaxaca.