Desde la Acera

viernes, octubre 13, 2006

LA PREPARACIÓN DEL FUEGO NUEVO

  • La llegada del nuevo Tlatoani

  • Fox muestra respeto a Don Felipe

  • Calderón nos lanza el futuro con el 20-30

  • Quedan los efectos colaterales


  • Por César E. Pérez
    Como preparación, presidente electo Felipe Calderón ya ha realizado actividades que tendrán efectos durante su paso inicial por la primera magistratura.

    Ya ha dejado de esconderse y ha tomado un papel más activo en la vida política nacional, ya opina sobre diversos temas, sus discursos ahora llenan huecos antes muy notorios, se pasea demandando atención a su persona y palabras y, en suma, se está dando su transformación en el mandamás del país.

    Los aspirantes a formar parte del nuevo gabinetazo se empiezan a presentar en los alrededores de Calderón, vuelan bajo y notoriamente con la esperanza puesta en la mirada del Tlatoani, en el índice que habrá de señalarlos como parte del nuevo panteón sexenal, como ejecutores o fingidores de esas palabras que habrán de marcar, para bien o para mal, el paso de los días en el mandato.

    Al viejo estilo priísta, el poder que Felipe toma conforme se acerca la fecha gloriosa para él, pero fatal para Vicente Fox, crece y se toma en cuenta por quienes todavía tienen un puesto en el gobierno saliente, además de las bancadas panistas en las cámaras de senadores y diputados de reciente ingreso. Las frases, comentarios y/o chascarrillos de Calderón se toman ya como una orden irrebatible y de cumplimiento forzoso, tan sólo el empeño del agonizante gobierno foxista por arreglar el desorden en Oaxaca es una muestra contundente.

    Ahora, ya han quedado atrás los momentos en los que el tal Felipe Calderón sufrió la malquerencia de Vicente Fox, cuando fue maltratado, despedido y atacado de forma inmisericorde en beneficio de Santiago Creel. En estos días, a contracorriente, Don Felipe Calderón es ensalzado, declarado persona de gratísima presencia y digno de departir en La Gorda Atorada, con el todavía presidente de la república.

    El viejo rey, temeroso de lo que pueda venir, se adelanta a las posibles intenciones del nuevo rey, le regala paseo, convivencia y solaz. La apuesta es clara, previendo que el neo monarca quiera deslindarse de las acciones emprendidas antes de él y pueda fincar responsabilidades dignas de un castigo ejemplar, el viejo le atrae a sus dominios para mostrarle que tiene mucho que aprender, que agradecer y que resguardar, para que no se vea envuelto en una situación similar a futuro.

    Si bien Felipe Calderón ya ha empezado a deshacer entuertos políticos a nivel internacional y pretende iniciar un esquema similar al interior del país, aún no se ha pronunciado en detalles de verdadera importancia como la economía, la salud, el empleo, la seguridad y, al contrario, ha establecido un programa de largo plazo, donde pretende establecer a México como una potencia en el año 2030.

    Las dudas saltan de inmediato y se crea incertidumbre tras el anuncio. Faltan 24 años para la fecha, ¿cuáles serán las condiciones durante ese periodo de tiempo?, ¿qué hay de las cosas urgentes como la violencia, la pobreza, el analfabetismo, la deforestación, la desnutrición, la desigualdad, mientras tanto?

    El sexenio que Calderón asumirá el 1º de diciembre solo llega al 2012, para la fecha meta restará un periodo de 18 años, ¿será que de esa manera nos está anunciando un largísimo periodo de terror?, ¿será que nos dice que habrá que amarrarnos los cinturones durante 24 años, sacrificándonos en aras de un bien superior?, ¿acaso pensará que es poco tiempo?, es más, ¿qué nos esperará sólo durante su gobierno?

    Mientras eso pasa, le ceremonia para ungir al nuevo emperador de México – Tenochtitlan está en proceso, la anunciación del Fuego Nuevo está por darse, la esperanza se renueva, el antiguo emperador se resguarda, las instituciones también se renuevan y fortalecen.

    Pero nada es perfecto, hay males necesarios, daños colaterales: los súbditos… los súbditos, ni modo, están ahí.